miércoles, 8 de abril de 2009

Martes 7

Me quedo dormida, despierto convencida de que me estoy mojando por un caño roto del vecino de arriba, es un sueño, menos mal, era lo que me faltaba en la casa.

Llego tarde para tomar el colectivo de las 7, espero el siguiente bondi y aún me tiembla el cuerpo por lo poseída que estaba ayer a la noche al hablar a speedy mientras del otro lado del tubo, escuchaba una risa burlona.

El día no para, tengo una multiconferencia con ejecutivos, gerentes y cliente y mientras tanto los 3 internos restantes suenan... y la bandeja de entrada sigue acumulando mails y la cajonera cheques para imputar.

Por fin las 18 horas, me voy apresuradamente, espero el 108, llega el mismo reventado de casi todos los días: "arriba que arranco" (mientras acelera, como metiendo miedo), él ganó mi enemistad desde el primer día, por irrespetuoso, pésimo conductor y soberbio. Marcó en la máquina, lo que se le cantó el chotísimo orto sucio que tiene. Le indiqué que no era ese importe el que le solicité, cancela el viaje, pero no regresan la misma cantidad de monedas:



chofer: Te faltan 5 centavos
yo: puse bien, una moneda de un peso, 4 de 5 centavos
chofer: tal vez no sabés contar
yo: se contar pero me molesta que todos los días tengas un problema nuevo con los pasajeros y no te voy a mentir en el boleto que saco porque soy usuaria de la línea y no me hace la diferencia 5 centavos pero tal vez vos lo único que sabés hacer es llevarnos como ganado y apurar diariamente a todos para subir y salir volando (mi tono de voz fue en aumento)
chofer: si no te gusta como manejo podés bajar (paró el colectivo)
yo: voy a viajar porque otra no me queda y quiero mi boleto, que es mi seguro de pasajero
chofer: a mi no me grites que ni mi mamá me grita
yo: que pena que no te gritó de chico, no serías tan maleducado.
(Terminó marcándome un boleto de $1.10)

Ya me relajé en el 37, también dormí mi siestita diaria de 10 minutos, llegué apurada, en 20 minutos tengo pilates, pero un revuelo que no es habitual en la entrada del edificio me sorprede: vecinos con caras mezcladas de malestar y chisme reciente, policias haciendo guardia en la puerta. No entendía que pasó, menos mal que aparece el encargado, que es la única persona de confianza que vi en el tumulto, él me da la noticia: "murió de forma dudosa la señora del 8vo A". Lo único que me animé a decir fue: "cagamos, no cobramos más los $116.000,00.- que nos debe de expensas".

jueves, 2 de abril de 2009

Adiós

Hace 3 días no paro de llorar, no solo de tristeza, dolor, también de emoción. Se nos fue Raúl fisicamente, pero nos deja tanto.
Si algo agradezco infinitamente a mi familia es con la conciencia cívica que me criaron desde muy chica, por eso es que tengo infinitos recuerdos de su presidencia y de mi querida Argentina en general, por eso es que hoy creo que otro país es posible.
Su anhelo lo comparto: abrirse al diálogo, con consenso y también disenso, de eso se trata la democracia, que resurja el espíritu de lo POLITICO, la integración.
El contagioso gen de don Raúl, hoy se ve en el cariño de la gente que estoicamente estuvo desde ayer en el Congreso y alrededores, pese a la lluvia y al cambio de temperatura, sigue junto a su féretro, sean radicales, peronistas o gente que simplemente se dió cuenta que se nos va alguien que nos devolvió la democracia, que no se enriqueció con el poder que ejerció y murió en su departamento en el cuál vivió antes de ser presidente, sin ninguna causa pendiente ni investigación judicial, un hombre que podía andar por la calle sin custodia. Tuvo errores, no lo niego, pero recordemos que fue humano, tan humano como cualquiera de nosotros, pero también convicciones firmes y no dudo que de sus errores aprendió.
La gente una vez más salió a la calle, esta vez para despedir a un grande, quiero que se empape mi pueblo de la conciencia cívica que tanto nos hace falta, recordemos este día en nuestras próximas elecciones legislativas, volvamos a tener ORGULLO de un político.
Se nos fue don Raúl Ricardo Alfonsín, un hombre que vivió para la política.