sábado, 6 de junio de 2009

Quien suscribe, la gataflora

Nos encontramos con el sol de chico con el que salimos hasta hace poco. Más que nada para hablar de mis tiempos, de lo que nos pasó a ambos en este mes que no nos vimos y puntualmente entender porque no funcionó lo que empezamos (cabe aclarar que detallaré sólo mis defectos, que ya son muchos y suficientes).

Sumido en sus problemas familiares, no quiso sumar uno más a la hora de acercarse a mi, ya que destaca 3 puntos fundamentales en el transcurso de nuestros encuentros:

1) "Vos ebrio sos más cariñoso".

2) "A mi no me vas a pagar un taxi para volverme a mi casa, porque yo me mantengo desde los 13 años y no necesito que ningún tipo me pague nada".

3)Un día hablando por teléfono le consulté que le pasaba y le decía que una pareja se basa justamente, en contarse que nos pasa a cada uno (él, pobre santo, pasa a detallarme lo que lo tenía preocupado), a los 15 minutos, me pregunta él a mi que me pasaba y muy firme le respondí: "no quiero hablar de lo que me pasa".

Me reí a carcajadas y asumiendo lo enroscada que me vuelvo, le aclaré (algo que él ya lo había percatado) que cuando salgo con alguien, no entiendo porque me cambia el humor.

Por suerte nos queda una amistad; la vida, para conocernos más y saber que nos queremos mucho.

lunes, 1 de junio de 2009

Chichipios mios


Amo los niños, mucho. Me encanta compartir con ellos, juegos, lecturas... Pero un ratito...
En algún momento fuí más mamá que tía y ese rol me calzaba bien. Pero los años pasaron, la paciencia no se acumula y sólo se agota. Hoy no me veo madre y por el contrario, creo transformarme cuando veo que una criaturita de Dios me raya la pared que una semana atrás terminé de pintar y en 2 segundos cronometrados, me desarma la casa: pinta con crayones la cerámica, deja sin funcionar la pc, aplasta a un bebé e intenta alzar a otro sin ningún tipo de ayuda de un mayor. No, no, esto creo que ya no es para mi, o yo estoy mañosa o los nenes de ahora ya no tienen límites: tiran de la cuerda sin piedad de sus pobres mayores, desafían sus palabras y podemos seguir 4 días seguidos enumerando peripecias.

Ah y no me pidas que pasee un domingo por la tarde, cumpliendo el rol de familia feliz en el shopping: la mujer retando a sus hijos que corretean por el centro comercial y el marido con cara de "huevos al plato" y con una lectura clara de sus pensamientos: quien me mandó a meterme en este lugar y con los críos y tener que bancarme el griterío de mis pibes (que quieren toda pavada que ven) y de mi esposa que no para de romper las pelotas también.

Si, confirmado, para ser hombre sólo me falta un pene