martes, 4 de marzo de 2008

Orgullo

Era tarde, alrededor de las 12 de la noche, esperaba el colectivo para volver a casa, cuando alguien en la parada me saluda. Era un vecino, hace 5 meses lo conozco solo de saludarlo. Creo que ambos de cortesía, nos pusimos a hablar, no sé como fueron saliendo los temas, pero en un momento llegamos a la conclusión que conocía a mi viejo. Me empezó a hablar de él, mis ojos comenzaron a brillar más y más, tuve la sensación que el pecho se desprendía de mí.

Este hombre también me conocía a mí, cuando mi papá me llevaba a su negocio. Me describió las miles de veces que nos vió llegar de la mano, mi viejo muy cordial, yo flaquita, rubiecita, hermosa. Volví a esos lindos recuerdos de mi infancia junto a ese ser que me dejó tanto... tantas pasiones, tantos valores, tanta honestidad.

No es la primera vez que me pasa que me encuentro con personas que conocieron a Carlitos y al igual que yo, se emocionan al recordarlo.

Gracias viejo por esos maravillosos abrazos de oso que me regalabas a diario, recordarlos me envuelven nuevamente.

2 comentarios:

Fran dijo...

Yo siempre quise un bigote como el de el!

Grisel dijo...

morí de amor con lo que dijiste Fran, él te adoraba, lo sabés!